miércoles, 13 de agosto de 2014

EL ÉBOLA



De todos es conocido
que el ébola es contagioso,
¡basta ya de hacer el oso
con lo que aquí ha acaecido!

Cuando por Ceuta y Melilla
entran negros a montones
sin portar una cartilla
que avale sus condiciones.

La sanitaria asistencia
van en Madrid de astronautas
y en el Sur con mascarillas; 
como no cambien las pautas
nada podrá hacer la ciencia
y nos haremos papillas.

Pido a la Ministra Mato
que sopese el panorama,
y medite solo un rato
para evitarnos un drama.


La labor hecha para salvar al misionero es, sin duda, encomiable. No obstante, pienso que se  montó una parafernalia desproporcionada con los resultados que se pretendían obtener, y que desgraciadamente terminó en la muerte del sacerdote. Nadie en su sano juicio podía pensar que un enfermo de ébola, con lesiones en el hígado, en el corazón y además de enfermo de tifus, pudiera sobrevivir a esta situación. Es probable que el Gobierno persiguiera otros fines, además de salvar la vida de este buen hombre. No lo sé pero la duda está ahí.
El peligro potencial de contagio está en nuestras fronteras, y eso no es broma. 

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